En el crepúsculo
Hoy la noche cae súbidamente.
Las nubes cubren el cielo, dejando que se cuele la débil luz grisácea de la luna.
El mar, azul ultramar se agita con fuerza.
Deseo tanto...
Veo tus dedos, tebios, cálidos rozando mi mejilla, mis labios, mi piel.
Cierro los párpados. Ansío tu deseo, tu furia, tu mirada que se clava en mí.
Quisiera explorar cada rincón, hasta el más profundo y oculto de ti. Como quien quiere descubrir qué hay en el fondo del mar.
Ver detrás de esas pupilas de café, acariciarte tu piel blanca, sutil, como una mariposa que toca los pétalos de una flor.
Besar tus labios, recorrer mis manos por tu nuca.
Fundirnos.
Como hundir el azúcar al café.
Fundirnos.
Como hundir el azúcar al café.
Ay,
y tu espalda, fina, lisa, firme. Cómo desearía posar mis yemas por ella.
Descubrir cada peca, sentir tu olor... a ti.
Descubrir cada peca, sentir tu olor... a ti.
Que la luna nos vele a los dos.
Que el velo de la noche nos envuelva.
Que las sábanas nos acurruquen con calidez.
Y qué bien suena todo esto.
Aunque sólo satisface mi imaginación.
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