En el día que te ví
Próxima parada, Plaza Cataluña.
Bajé del vagón de tren, con los auriculares metidos en las orejas escuchando Young and beautiful, de Lana del Rey.
Pensaba ir a comprar ropa, ya que con el cambio de estación hace falta.
Estaba perdiéndome por los túneles subterráneos de la estación de Barcelona, yendo a paso ligero.
Entonces te ví.
Mi respiración se cortó, mi paso se descontroló y dejé de caminar.
Y ahí estabas tú, después de tantos años, llevando un sombrero veraniego.
Con lo poco que te gustaban estos sombreros...
Camisa de cuadros negros y pelo largo, pero peinado.
Ibas con una chica, sonriente como el sol de labios rojo mate y ropa casual. Tú también sonreías, te veías feliz. Seguías sosteniendo esa mirada que tenías cuando te sientes bien con alguien, y esos pequeños hoyuelos al lado de tu boca.
«Would you still love me, when I got nothing, but my aching soul?» Seguía la canción resonando en mis orejas.
Por un momento giraste la cabeza, la mirada y me fijaste la vista.
Pero sólo un segundo.
Supongo que no me reconociste. Llevaba el pelo azul, lentillas, y leggins negros con bambas blancas. Me imagino que dirías: ¡Cómo has cambiado!
Pero sólo un segundo.
Supongo que no me reconociste. Llevaba el pelo azul, lentillas, y leggins negros con bambas blancas. Me imagino que dirías: ¡Cómo has cambiado!
Pues sí.
La chica buena que habitaba en mí, desapareció.
La chica que se enamoró locamente y entregó toda su alma a ese chico, murió.
Entonces sonreí.
Y té seguí mirando con nostalgia.
Cerré los ojos y te dije en voz baja «Nos vemos hasta otra, amigo».
Y té seguí mirando con nostalgia.
Cerré los ojos y te dije en voz baja «Nos vemos hasta otra, amigo».
Me giré dándote la espalda, en dirección a la salida hacia la superfície. «tengo que comprarme unos leggins nuevos» pensé, «estos se están haciendo viejos».
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