Mis días
Me
levanté alrededor de la diez de mañana.
Las cortinas, cerradas.
Encajadas a la perfección. Sólo se podía deducir una débil luz grisácea
entre el tejido de esa ropa.
Di giros por la cama hasta la diez y media.
Revoloteando mis pelos acres rojizos por todos lados. Parecían lazos de
seda que merondeaban entre las sábanas.
No
almorzé nada. Mi cuerpo se resisitía a la comida de las horas temprano.
En la casa regnaba el silencio. Sólo oía mis propios pasos desnudos por
el suelo de baldosas de mármol blanco.
La mañana pasó.
El líquido de la
taza de café se vacíaba con las horas; daba pequeños sorbos cada onze
minutos, para mantener ese sabor amargo y suave.
Eran las cuatro. En el
cielo emanaba un grisor de aviso de lluvia.
Al anochecer llovía a cántaros.
Mis zapatos se mojaban con los charcos llenos de rabia.
Cada
vez que daba un paso, mis piés se enfriaban aún más. El cielo, se
negaba a mostrar su verdadero color. Y se enfurecía llorando a gritos.
Francamente, todo aquello era un espectáculo.
Luces de neón de los
bares se colaban entre las retinas de mis ojos. Era un contraste entre
colores y negrura que lo hacían perfecto.
Las bombillas de los coches
al encenderse, permitían distingir al detalle el perfil de cada
minúscula gota inmersa en el aire.
En verdad, toda aquella tempestad
terrible, maravillosa, temible y avariciosa; era lo que ocurría en mi
interior.
Pedía
a gritos. No sé el qué. Quizá eran gritos de ayuda, de expresión, de
escozor a la realidad. ¿Qué pasaría de ahora en adelante? El futuro no
existe, depende de los pasos tu vida está cambiando cada segundo.
¿Miedo? ¿Confianza? ¿Temor?
¿Valor?
Una
vez en casa, me quité los zapatos de charol, mojados pero aún con su
color añil.
Me duché.
El calor se apoderaba de cada rincón de mí.
El
agua resbala por mi piel. Mis pensamientos me enolvían en una capa lejos
del exterior.
Estaba en una burbuja de la cuál no quería salir.
Nunca.
Jamás.
Y
esque así son mis días.
Días en los que pienso en mí, mis actos,
consecuencias.
Días en los que siento tanto furia como temor. Amor o
desamor. Depresión como valor.
Una noria de giro contínuo sentimental.
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